Experiencias tempranas: la presión o la falta de motivación durante la infancia o la adolescencia pueden generar aprendizajes que afectan cómo nos autopercibimos en la adultez.Esto se debe a problemas de autoestima junto con un estilo de apego inseguro. El miedo al abandono, a que nos hagan daño, hace que prefiramos ser nosotros quien lo hagamo